Jugar con viejos para entender a mis benjamines

Jugar con viejos para entender a mis benjamines

Llevo un año jugando a fútbol los lunes de 20:15h a 21:15h en el Municipal de Les Fonts (Terrassa). Nos juntamos un gran número de padres para alargar nuestra niñez ¿Quieres saber cómo esto me está ayudando a empatizar con los niños que entreno? Te lo explico en breve.

Con 41 años he encontrado el espacio para disfrutar el fútbol como jugador. He estado años evitando el compromiso semanal con el fútbol. Este rechazo se debe a un proceso de desintoxicación que me ha durado años.

¿De qué me desintoxicaba? De mi vida de futbolista profesional. Ahora juego por placer, como los niños. Sin más expectativas que la siguiente jugada.

A diferencia de muchas personas que han jugado a fútbol de jóvenes, tengo bien domada esa parte del cerebro que provoca intentar realizar acciones para las que mi cuerpo ya no está preparado. Es importante para evitar caer lesionado gratuitamente.

Pero el mayor aprendizaje que me está dejando el partido de los padres es que los niños van a fallar y tienen que fallar porque el fútbol es difícil. Los profesionales fallan pases de 5 metros, los padres fallamos pases de 5 metros. ¿Cómo les voy a pedir que no fallen ellos?

Tengo la fortuna de ser el entrenador de mi hijo, ¿sabes? Le he pedido que durante los descansos del partido me diga: «Papá, acuérdate de los partidos de los lunes». Y cuando escucho esas palabras, respiro hondo y caigo en la cuenta de lo difícil que puede llegar a ser el fútbol, sobre todo para aquellos que están dando sus primeros pasos en este deporte tan bonito, donde los aciertos se construyen a partir de los errores.

Los niños se entregan al juego por el simple deleite que les proporciona, una verdad inmutable que conviene recordar. Si algún pequeño renuncia al juego por otros motivos, cabe preguntarse si su progenitor no ha proyectado en él sus propias frustraciones y aspiraciones incumplidas.

En La cara amable del fútbol hablo sobre el placer de jugar por jugar.

2 Comments

  1. Antoni

    Bueno supongo que igualmente si un niño deja el su formación académica, tambiés és culpa de que el padre le h aproyectado sis frustraciones!!! Por favor!!! Deja el discurso de entrenador ineficicaz, los niños són niños y los padres pagan, sabes quien cobra? Y hace de la desilusión de los niños un trabajo?

    • Jazz

      Yo soy padre antes que entrenador. Voy con los padres.

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