Cristiano no es un bicho, es un bot

Cristiano no es un bicho, es un bot

Hace unos años Hernán Casciari sorprendió al mundo con el maravilloso texto en el que nos explicaba que Messi es un perro. A simple vista cualquiera habría creído que era una comparación despectiva, pero enseguida se vio que no.

Después de años viendo el video me pregunté: Si Messi es un perro ¿qué es Cristiano Ronaldo? Manolo Lama lo bautizó como El Bicho; apodo que el portugués ha cogido con agrado, pero a mí me parece un sobrenombre creado para el populacho.

Llamarle El Bicho me resulta tan simple como la manía de algunas personas de llamar a todos los objetos eso, esto o aquello. Pásame eso, coge eso, ¿tienes aquello?, etc. Creo que se puede ser más específico a la hora de nombrar objetos, ya que todos tienen nombre.

¿Pero si Messi es un perro, qué es Cristiano Ronaldo?

Durante la primera fase de la pandemia me habitué a utilizar Telegram. No lo hice para sustituir a Whatsapp, sino por las múltiples opciones que ofrece. Además de los canales para ver fútbol gratis, lo que más utilizo son los bots para diferentes tareas. Utilizo uno para descargar videos de Tiktok sin marca; otro para pasar textos a audios y viceversa; un bot traductor, un traductor; un convertidor de formatos. Hay bots para todas las cosas, y lo mejor es que no tienes ni que saber cómo lo hace. Exactamente igual que CR7.

Un bot (aféresis de robot) es un programa informático que efectúa automáticamente tareas reiterativas mediante Internet a través de una cadena de comandos o funciones autónomas previas para asignar un rol establecido; y que posee capacidad de interacción, cambiando de estado para responder a un estímulo.

Wikipedia

Es la definición perfecta de Cristiano Ronaldo. He visto decenas de partidos del portugués, pero especialmente en los últimos años he visto una mutación en su juego que me ha descolocado. Un amigo que sabe mucho de fútbol me dijo que el juego de Cristiano solo se explica a través de los goles. Sus resultados son ajenos al juego. Coges cualquier partido en el que haya marcado un gol o más, quitas los goles, analizas sus intervenciones y no hay mucho destacable (la mayoría de las veces). Pero tiene una maquinaria interna que le conduce al gol. Cierto que en su catálogo predominan los remates al primer toque en la frontera o alrededor del área pequeña.

Su capacidad de remate es la evolución de Pippo Inzaghi. Más estético, más limpio, y por supuesto, más efectivo. A la edad de 36 años conoce los atajos del juego de ataque como Michael Scofield las salidas de la prisión. Se ha acostumbrado a vivir en un falso fuera de juego para colocarse en el ángulo muerto del retrovisor del defensor y aparecer con un mazo para anotar. Todos se preguntan qué ha pasado aun sabiendo la respuesta: Cristiano Ronaldo.

Su antagonista por excelencia -Messi- es un jugador que para hacer un buen partido necesita tocar muchas veces la pelota, sacar el pincel y hacer trazos finos por el terreno de juego. Sin embargo, Cristiano Ronaldo no tiene esa necesidad para sacer un excelente. A él solo se le pide que derrumbe muros de un solo golpe. Misión tan complicada como la anterior. Esto le convierte en un sicario, en un Bot del gol.

Cristiano Ronaldo está automatizado para alojar el balón en el fondo de la portería. No sabes cómo lo va a hacer, pero sabes que lo hará.

No lo considero un bicho porque está más cerca de ser un robot que una cucaracha. Pero le hemos visto llorar, sabemos que es humano, quizás un humanoide. Pero para definirle hay que apoyarse en lo que hace, y lo que hace es propio de bots. Sus siglas no son propias de un bicho, sino de un robot: CR7.

Es evidente que en 2021 es más probable que reine un robot a que lo haga un perro.

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