Este texto fue escrito en 2010, pero no me atreví a hacerlo. Este cambio de opinión me convierte en un cobarde ventajista, pero no es mi intención.
Will Smith está sufriendo los efectos del éxito, es triste ver cómo alguien que parecía tan espontáneo y divertido cae en la trampa del éxito. Sus películas siguen siendo entretenidas, pero las últimas apariciones públicas junto a su familia son más propias de un circo (si lo hacen artistas españoles, los criticamos sin piedad).
Entiendo la necesidad de promoción, pero el espectáculo que monta con sus hijos resulta cansino. Ver a una niña de nueve años vestida como una imitación desfasada de una artista pop te hace cuestionar si sus padres están al tanto de cómo se ven.
Su obsesión por estar frente a las cámaras les impide ver más allá de su propio mundo. No es necesario ser famoso para sucumbir al éxito; basta con observar quiénes son tus verdaderos amigos. Si tus amigos de toda la vida no disfrutan de tu éxito, quizás sea porque te has dejado llevar por la fama y los has dejado de lado.
Estoy totalmente de acuerdo, es una mierda, porque Will es uno de los actores que más admiro ya que además de parecerme de los mejores actores que hay (con diferencia) lo veía un tipo muy sensato y discreto.
Y precisamente eso último lo está perdiendo con tanta exhibición de sus hijos, que más bien parece todo un proyecto para crear unos personajes excéntricos que luego les darán a las televisiones sus buenos milloncetes cuando crezcan y empiecen con líos, drogas y movidas así tipo Paris Hilton… una pena.
¡Saludos!
Pues leyendo este post de tu blog http://deliriosolera.blogspot.com/2010/10/la-parte-mala-de-convertirse-en-mito.html me decide a escribir sobre esto, ya lo tenía en mente desde principio de semana.
Saludos!!
Mola, me alegro que mi entrada te haya ayudado a inspirarte 🙂 ¡un saludo!