La realidad de las concentraciones como futbolistaLas concentraciones son un tema del que poco se habla fuera del fútbol, pero que forman una parte esencial de la vida de cualquier jugador. Mucha gente tiene la idea de que son como unas mini vacaciones: hoteles cómodos, buena comida y mucho tiempo libre. Pero la verdad es que las concentraciones son algo completamente distinto.
En mi experiencia, eran momentos de desconexión y conexión al mismo tiempo. Desconexión porque te alejabas de la rutina diaria, de tu casa, tu familia, tus amigos. Pero también eran momentos de conexión con el equipo, con los compañeros que en esos días se convertían en tu única compañía. A veces eso era positivo, y otras, sinceramente, un reto.
Pasabas mucho tiempo entre cuatro paredes, intentando mantenerte enfocado en el partido mientras lidiabas con la presión, los nervios y, por qué no decirlo, el aburrimiento. Porque sí, a pesar de las charlas tácticas, los entrenamientos y las bromas con los compañeros, había momentos en los que el tiempo parecía no pasar. Y en esos momentos te dabas cuenta de que, aunque estuvieras en un hotel de lujo, echabas de menos lo simple: estar en tu sofá, comer lo que quisieras o, simplemente, caminar por tu barrio.
Pero las concentraciones también tenían su magia. Había noches antes de partidos importantes en las que las conversaciones en la habitación se volvían profundas. Hablábamos de fútbol, claro, pero también de nuestros sueños, nuestras frustraciones y de cómo habíamos llegado hasta allí. Esas charlas me enseñaron que, detrás de cada jugador, hay una persona con miedos y esperanzas, igual que todos.
Con el tiempo, aprendí a valorar esos momentos. A entender que las concentraciones no eran solo para preparar el cuerpo, sino también la mente. Te obligaban a enfrentarte contigo mismo, a reflexionar sobre lo que realmente importaba y a fortalecer ese vínculo invisible con el equipo. Porque cuando salías al campo, sabías que todos habíamos compartido las mismas horas de espera, los mismos silencios y las mismas ganas de ganar.Y aunque no echo de menos todas las concentraciones que viví, sí valoro las lecciones que me dejaron. Fueron una parte esencial de mi etapa como futbolista y, de alguna manera, también me prepararon para la vida fuera del campo.
¿Qué hay detrás de las concentraciones? Mucho más de lo que parece. Si alguna vez has estado en una, sabes de lo que hablo. Y si no, espero que el capítulo de mi podcast te dé una idea de lo que realmente significan.
Porque el fútbol no es solo lo que se ve en el césped. Es todo lo que sucede antes, después y alrededor de él.