Ser entrenador es un ejercicio de soledad. No importa cuántos jugadores tengas a tu alrededor, cuántos asistentes te acompañen o cuántos padres te den consejos desde la grada. Al final, las decisiones son tuyas. Y la responsabilidad también.
Esa soledad se manifiesta de muchas formas. A veces, es una impotencia momentánea, cuando ves que el equipo no responde, que el trabajo de la semana no se traduce en el partido. En esos momentos, sientes que todo recae sobre ti. Los jugadores miran esperando soluciones, y tú, en silencio, buscas respuestas que no siempre aparecen al instante.
Otras veces, la soledad se disfraza de búsqueda de recursos. Lees, ves vídeos, pruebas ejercicios nuevos. Buscas inspiración en otros entrenadores, en libros, en experiencias pasadas. No puedes permitirte el lujo de quedarte quieto, porque si tú no encuentras la solución, nadie lo hará por ti.
Y luego está la necesidad de compartir preocupaciones. Pero, ¿con quién? Con los jugadores no puedes, porque esperan seguridad de ti. Con los padres, menos. Quizá con otros entrenadores, si tienes la suerte de contar con alguien que entienda lo que pasa dentro de tu cabeza. Porque, a menudo, el entrenador carga con dudas, frustraciones y expectativas que nadie más puede ver.
Lo más pesado de todo es la responsabilidad de mejorar a cada jugador. No basta con ganar partidos. No basta con hacer buenos entrenamientos. Cada niño, cada niña, cada joven que pasa por tus manos tiene una historia, una ilusión, un miedo. Y tú eres parte de su camino. Saberlo es un privilegio, pero también un peso.
Sin embargo, en esa soledad también hay belleza. Es el espacio donde creces, donde encuentras claridad. La soledad del entrenador no es un castigo, es un recordatorio: la verdadera mejora viene de adentro. De la capacidad de observar, de adaptarse, de evolucionar. No para los demás, sino para ti mismo.
Porque al final, cuando miras atrás, te das cuenta de que esa soledad fue el terreno donde sembraste todo lo que ahora eres.

Tr has dado cuenta, seguros que si, que lo describes como un conjunto unitària y un equipo és la suma de varios elements, por eso el entrenador de equivoca por que ve conjunto no elementos que aunar a un objetivi.