En este episodio, reflexiono sobre nuestra primera victoria de la temporada con mi equipo alevín, lograda en el noveno partido de liga. Más allá del marcador, comparto cómo esta experiencia nos enseñó que ganar no siempre es lo más importante, pero puede ser increíblemente gratificante. Hablo de las emociones del equipo, el proceso detrás de este logro y cómo la victoria nos motivó a seguir trabajando en equipo. Un episodio que celebra el esfuerzo, la dedicación y el valor de disfrutar el camino, independientemente del resultado.
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La primera victoria de la temporada
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Suelo soñar, a veces bueno, a veces malo
Tengo una reflexión, los niños/as que juegan para «divertirse» cuando llevan muchos partidos sin ganar, se divierten? Por otro lado el entrenador como sabe que ese niño/a no llegarà si no le exige? No Todo es ganar pero para no ser competitivo, no compitas!!! Haz otra cosa, exigente pero no competitivo.
El principal problema surge cuando se le otorga a la victoria más importancia que a cualquier otro aspecto de la formación del niño o la niña. En este contexto, cuando las victorias no llegan, existe el riesgo de que dejen de divertirse. Es fundamental que alguien transmita a los niños y al entrenador que lo verdaderamente divertido no es ganar sin aprender. Se puede ganar mucho y no aprender nada, al igual que se puede perder mucho y aprender muchísimo. Aunque pueda parecer una contradicción, en el fútbol formativo esta realidad es muy habitual.