La Apasionada Mujer del Entrenador

La Apasionada Mujer del Entrenador
Sven Goran Eriksson, un hombre de muchas mujeres.

Debía ser, más o menos, final del mes de abril del año 2005. Me quedaban menos de dos meses para abandonar la disciplina del Deportivo Alavés. Esa fue una temporada complicada debido a la poca tranquilidad que se respiraba en el club presidido por Dimitri Piterman. Tras una racha de unos 10 partidos ganados de 14, el club decidió cesar al entrenador Txutxi Aranguren allá por el mes de Enero. Una mala relación con la directiva, que era Piterman «no más».

Dimitri Piterman haciendo la táctica

En estas decisiones los jugadores no tenemos voz ni voto, así que acatamos a regañadientes. No hacemos huelgas ni pedimos al presidente que no cesé al entrenador. Cuando leáis en prensa que los jugadores han pedido al presidente que no cesé al entrenador, no os lo creías. Los jugadores pueden ser muy importantes, pero dejan de ser empleados. Además, la vida del jugador es mucho más estable que la del entrenador, ya que está más protegido frente a un despido que un entrenador, ya que éste puede ser despedido en cualquier momento de la temporada, en cambio es más complicado hacer lo mismo con el jugador.

A lo que iba: me encontraba en el centro comercial (no en la biblioteca, no en un museo, no en el autobús, no en un parque) de camino al Mediamarkt en busca de algún CD que me consolara e hiciera la estancia en Vitoria más llevadera. Era uno de los pocas satisfacciones que tenía cuando ya no ganábamos, además de sufrir retrasos en las nóminas. En realidad compraba como mucho un CD y hacía una lista de futuras adquisiciones para fantasear. Tengo que apuntar que no tenía contratado Internet porque por alguna razón no terminé de sentir que ese piso era mi hogar. Ni me molesté en decorarlo ni comprar apenas utensilios; me amoldé a lo que había. Yo estaba allí para jugar «no más».

Sigo. Eran cerca de las 13 horas de un martes –para los futbolistas los martes son los domingos de cualquiera que tenga un trabajo de lunes a viernes– y ese día no entrenábamos. Andaba a lo mío, sin auriculares ni nada parecido -en esa época no los llevaba a todas partes- cuando de frente encontré a mi entrenador: el sustituto.

Se parecía al Cachuli pero en versión post futbolista, unos 52 años. Era buen entrenador, llegó al club con la idea preconcebida de que entraba en un vestuario conflictivo cuando en realidad no lo era. Trató de ganarse a los que el consideraba los pesos pesados, entre los cuales estaba yo. Al ver que los resultados no eran tan buenos como esperaba cargó contra «los pesos pesados» tomando medidas intimidatorias como fue apartar jugadores.

Se hizo odiar. Un falso tipo duro, un hombre honesto con experiencias en vestuarios difíciles, un historial que le hacía ponerse una máscara protectora ante los jugadores marcando una línea de seguridad  frente a la plantilla. Ya no se fiaba de los jóvenes; quizás tenía hijos rebeldes, no lo sé.

Ese día le vi con una cara diferente, más relajada. No era el mismo tipo del pantalón de chándal alto y voz imperativa. Supongo que ir junto a su señora esposa a la derecha influía. Nos paramos y hablamos brevemente, pero en un tono más agradable que de costumbre. Me presentó a su esposa como un profesor a su mejor alumno. Quizás en casa hablaba bien de nosotros a su esposa para justificar su pasión por la ingrata profesión que es ser entrenador.

Me gustó ese hombre. Me supo mal haber pensado mal de él otras veces (pero es que me tuvo entrenando en solitario una semana). Después de intercambiar unas palabras nos despedimos hasta el próximo día con un apretón de manos cálido.

Entonces me pregunté: ¿Cómo debe ser la vida de la mujer de un entrenador? Ellos están en la cuerda floja continuamente. Pueden ser despedidos en menos de un mes ¿Cómo se planifica una vida con tanta incertidumbre? Los futbolistas, al menos se aseguran unos meses ya que hasta que se abre el plazo para fichajes no son despedidos. Es otro tipo de incertidumbre pero no al nivel del entrenador. La mujer del entrenador muestra una gran generosidad al sacrificar voluntariamente su vida por la pasión de él, porque ser entrenador es una pasión que solo puede llevarse a cabo con una mujer apasionada, o en solitario a base de carajillos.

Ser entrenador es una pasión que solo puede llevarse a cabo con una mujer apasionada, o en solitario a base de carajillos.

Antonio Conte dio las gracias a la afición y los jugadores del Chelsea
Antonio Conte tiene más pelo ahora que cuando era futbolista

Últimamente me llamó la atención el caso de Antonio Conte (entrenador del Chelsea) porque vivía en Londres mientras que su familia en Italia. Incluso llegó a pensar en renunciar a final de la temporada 2017 por estar junto a su familia. Finalmente en 2018 ha sido despedido y no pudo huir de su familia.

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4 Comments

  1. Ivan Gomez

    Hola Jacinto, no eramos un vestuario conflictivo pero ese hombre, despues de ese vestuario dejo de entrenar. Pero creo que fue mas por la situación vivida en ese club, que por los chavales que tenia la ilusión de ganarnos la vida jugando a fútbol.

    • Hola Ivan! Éramos un grupo buenísimo y se destrozó en lo profesional por el ambiente del club. Era mi oportunidad de reengancharme al fútbol. Un desperdicio para mi.

  2. Turi

    No sé yo. No deja de ser un trabajo. Y un trabajo que te gusta, no, que te apasiona (de otra manera no lo concibo).
    Supongo que será más duro convivir con alguien que trabaje en algo que no le guste.

  3. Jazz

    El asunto es que la mujer del entrenador deja su vida profesional de lado porque la profesión de él es muy inestable. Es muy duro.

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