Durante toda mi vida he escuchado a gran parte de la sociedad debatiendo acerca de la falta de formación que tienen los futbolistas profesionales.«Deberían estudiar para el día de mañana».
«Deberían estudiar para el día de mañana».
Todo el mundo.
Me llama especialmente la atención cuando son los aficionados al fútbol quienes hacen este tipo de comentario. Lo hacen desde un punto de compasión mal entendida. Imagino que de alguna manera se sienten culpables por encumbrarlos durante unos años y olvidarlos el resto de sus vidas. Si no no entiendo por qué les preocupa tanto la vida de los futbolistas.
Los futbolistas son los encargados de reflejar los sueños de otros que también soñaron con vivir del fútbol. Además, durante años tienen la misión de entretener a miles de personas. Sueñan con ello.
El debate de la formación de los futbolistas está más candente que nunca con la crisis del Coronavirus.
El fútbol profesional B y el formativo, quedan suspendidos hasta 2021. Esto significa que miles profesionales van a tener que buscarse la vida fuera del deporte rey.
Los capitanes a posteriori agarran el altavoz para aleccionar a los futbolistas que no se han formado. Como si el mercado laboral fuese un paraíso para los graduados universitarios. Pero ahora es cuando me pregunto: ¿Qué cojones estáis diciendo?
En redes sociales veo más gente preocupada por el retorno del fútbol como lo habíamos conocido que por la vuelta al cole. Se les dice a los futbolistas que deberían haber estudiado, pero pocos hablan de la importancia de la Educación en esta pandemia.
De alguna manera, el aficionado no es muy diferente al futbolista. De hecho, creo que muchos aficionados cambiarían ser futbolistas cobrando lo mismo que en sus puestos de trabajo actuales.
Esto es ser futbolista, vivir de lo que te gusta asumiendo unas consecuencias.
