Cuando me comunicaron que iba a estar unos meses en el dique seco, me sumergí en un túnel infinito. Durante unos días no hay consuelo. En muy caso solo fue uno.
Los días siguiente me dediqué a animar a los que me querían. Vamos, exactamente igual que en un funeral.
Cuando lo asumí solo tenía ganas de empezar la rehabilitación, pero los especialistas me dijeron «Echa el freno, reposo».
Tampoco es raro que tener ganas de rendirse.
Nunca tuve unas expectativas tan pesimistas respecto a mi futuro. Necesitaba hacer algo para compensar mi ausencia de los terrenos de juego. Quería que sepan que seguía vivo.
Pero era incapaz de ir a ver partidos como espectador.
Si nunca has sufrido una lesión de larga duración, te enfrentas a la incertidumbre. La duda de volver a el mismo te atosiga:
No volverás a ser el mismo.
Pero eso no es malo. Nadie que pasa por una experiencia traumática vuelve a ser la misma persona. Existen dos salidas: salir reforzado o temeroso.
A pesar de conocer casos de otros que la han superado, solo te vienen a la cabeza aquellos a los que se les ha complicado de manera rocambolesca o han repetido (por ejemplo Sergio Asenjo). Eso es lo que se conoce como el sesgo negativo. Consiste en darle más importancia a lo malo que a lo bueno.
No todo el mundo tiene el entorno de Rafinha. Padre y hermano futbolistas. Gente que puede calmarle porque han vivido es situación.
Artículo de Rafinha leyendo mi libro en el Desmarque
Cuando me confirmaron al día siguiente de lesionarme, que tenía los cruzados rotos, me pregunté: ¿Si a Ronaldo «El Fenómeno» le ha pasado, porque a mí no me iba a pasar?
Jacinto Elá Eyene, Alicante, 2003
Olvídate de lo malo y céntrate en sentirte cada día mejor contigo mismo. Traigo malas y buenas noticias: el dolor te va a acompañar durante mucho tiempo, pero un día se irá.
Tres cosas que debes recordar:
- No eres un inútil.
- No eres la persona más desgraciada del mundo.
- Hay vida más allá del fútbol.
El primer mes lesionado es clave. Asume que necesitas paciencia y disciplina.
Paciencia
La gente piensa que la paciencia es la capacidad de esperar, pero no es así. La paciencia es cómo nos comportamos mientras esperamos.
Anónimo
Este tipo de lesiones requieren tiempo. Cada segundo cuenta. A la hora de trabajar y a la hora de descansar; en todo lo que hagas debes tener en cuenta el estado de tu rodilla. No hay atajos ni milagros para sanar unos ligamentos rotos.
Disciplina
Da igual que seas el más guapo, el más listo, una vez te pones en manos de profesionales debes seguir al detalle todas las instrucciones. Es la única forma de aumentar las probabilidades de una buena rehabilitación.
En mi primer libro «Fútbol B» dedico un capítulo a las lesiones. En mi segundo libro hablo de las lesiones interiores.
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