Los amaños en partidos en Tercera División y Segunda B no es algo que exista hace cuatro días, pero es ahora cuando la justicia se ha puesto a investigar. Yo, que he jugado a fútbol en Tercera División y en Segunda B, sé cómo se vive y cómo se llega a esas categorías.
Cómo se llega a Tercera División
El camino amargo: «Los amargados»
Los amargados son jugadores -yo por ejemplo- aspirábamos a llegar a Primera o Segunda División, como mal menor, a Segunda B. Jugadores que provienen del fútbol base de clubes profesionales de Primera o Segunda División. Pero una cosa son los deseos y otra la realidad. Hay varias circunstancias que influyen, y no todas son controlables. Lo normal es que a medida que ves cómo se alejan tus posibilidades de recalar en la élite, el desencanto con el mundo del fútbol es cada vez mayor. Fichas por clubes que te prometen (bajo contrato) sueldos atractivos y proyectos ilusionantes que te hacen sentirte valorado. Pero cuando llega el mes de febrero, recién cerrado el mercado de fichajes, dejan de pagar las mensualidades o «las trocean». Es cuando te das cuenta de que te han vuelto a timar -porque eso no ocurre una sola vez-, es entonces cuando tienes la sensación de que el fútbol te debe algo, y te lo tienes que cobrar.
El camino dulce: «Los endulzados»
Los endulzados hacen el camino inverso: de abajo hacia arriba. Son los jugadores que no han llegado a la cumbre de los clubes con fútbol base profesional, o sea, que han ido escalando hasta llegar a recibir una retribución económica. Todo les va bien porque para ellos es un premio. Son conscientes de que deben trabajar, por lo que no se les caen los anillos a la hora de compaginar el fútbol con otra actividad. Sin embargo los amargados se resisten a buscar un trabajo, ya que eso sería reconocer que ya no son futbolistas profesionales.
Las expectativas
Una vez que entras en el mundo del fútbol, ves y oyes cifras mareantes, y si otros las ganan crees que tú también lo mereces. Los futbolistas tenemos facilidad para creernos tan buenos como el compañero, lo cual es bueno, y se llama competitividad. Incluso mentimos a la hora de decir cuando cobramos para que nuestros compañeros nos respeten. Así se mide la jerarquía en un vestuario.
Cada año esperamos ganar más dinero, pero la realidad es que cada año cuesta más cobrar los firmado por contrato.
El entorno
Las casas de apuestas representan una gran parte de ingreso económico de clubes y federaciones. Evidentemente que los jugadores no están al margen de todo ese ruido de tragaperras. Lo ven en las vayas publicitarias, en las pantallas de sus móviles, en las camisetas de los equipos más importantes del país… Se ha creado una atmósfera para conducir a los aficionados al mundo de las apuestas, pero han olvidado una cosa: los futbolistas también son aficionados al fútbol. No es raro que teniendo la posibilidad de ganar dinero, ya que conocen el negocio, quieran participar desde dentro. Hemos de recordar que los futbolistas son tan vulnerables como cualquier otra persona que se exponga a la ludopatía. «Juega con moderación» es un lema tan ineficaz como «fumar puede matar» o «Hacienda somos todos».
Se han esforzado tanto en hacer que los apostantes crezcan que el fútbol están muriendo de éxito. En realidad a las casa de apuestas no les molesta que los jugadores apuesten, sino que encima ganen. Una de las máximas en los juegos de azar es hacerte creer que ganas.
¿Qué lleva a un jugador a amañar un partido?
Teoría Uno
Miedo al riesgo. ¿Para qué poner tu suerte en el acierto de un equipo cuando la puedes poner en tu error? El ser humano necesita la seguridad por defecto para desenvolverse. Solo hay que ver la cantidad de seguros que podemos contratar… ¡incluso un seguro de vida para cuando te mueras! Lo más parecido que conozco a un seguro de vida es una buena Sanidad Pública. Los futbolistas que amañan resultados no son diferentes a la hora de jugarse el dinero, por eso «juegan su partido». Amaña un partido no es menos ético que vender preferentes o hipotecas basura. El hecho de que el fútbol sea un deporte no lo hace más puro que poseer una vivienda según el artículo 7 de la Constitución.
Teoría Dos
Cuando ves que no te pagan por tu trabajo buscas la manera de «hacer justicia». Hay gente que hace trabajos extras, otros meten la mano en la caja, los hay que incluso venden droga. Pues puede que hayan jugadores que opten por ganar por amañar los resultados o las estadísticas del partido. No cumplir con el contrato de los jugadores puede propiciar que algunos jugadores se aprovechen de su profesión.
Mi opinión
Que un aficionado apueste ni me parece bien ni mal, pero que un jugador amañe un resultado o las estadísticas de un partido me parece una estafa hacia los compañeros y aficionados, pero sobre todo a uno mismo. He jugado a fútbol y no me entra en la cabeza cómo se puede entrenar toda la semana para actuar el domingo… ¡Ni que fuera una obra de teatro! Aunque «conviene tener presente al fútbol, una ficción extraordinario éxito».
Ah, las mafias!
Las mafias meten la mano en todo.
Os dejo unos libros sobre apuestas deportivas y datos que tienen buena fama (en realidad lo importante es que los leas). Yo estoy disfrutando mucho de Soccernomics. Debería ser obligatorio para todos los amantes del fútbol y así desmitificarlo. Los datos nos hacen más humanos.
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