A Cristiano Ronaldo no le gusta el fútbol (en secreto aún le amo)

jacinto elá

 

Desde hace unos años me preguntaba porque dejó de gustarme Cristiano el futbolista  -a la persona no la conozco- y no lo podía entender. Recuerdo que cuando estaba en el Manchester, 2003, me encantaba a pesar de ser un poco piscinero. Aunque no era la bestia que es ahora ya apuntaba maneras. Evidentemente es mejor jugador actualmente porque es más efectivo… pero no me gusta casi nada. Cuando jugaba en el Manchester le veía sonreír… Es eso. No me había dado cuenta hasta ahora, pero era este pequeño detalle. Su manera de sonreír era la de un post adolescente. Es normal que no se comporte igual, ni siquiera yo soy el mismo que hace 14 años, pero es el recuerdo que tengo de él y lo que me cautivo.

Cristiano antes sonreía porque se divertía, ahora lo hace únicamente porque gana.

Por aquel entonces Ronaldo disfrutaba jugando, y me hacía disfrutar. Después se convirtió en adicto a la victoria por encima de cualquier cosa. Me gusta que las personas tengan éxito, pero como espectador priorizo el cómo se hacen las cosas, el resultado no me hará olvidar que he visto un bodrio de partido. La efectividad no es lo que me mueve a sentarme delante de un televisor a ver un partido de fútbol. Quizás es porque soy incapaz de decir  «hemos perdido» o «hemos ganado» cuando he visto el partido desde el sillón de mi casa.

Después de haber gozado con el «Ronaldo inglés» no me cautiva nada del Ronaldo anti Messi. Aunque meta 5 goles en un partido no me voy a emocionar tanto como cuando dejaba a tanto inglés por el camino con apenas 19 años -bendita juventud-. Los compañeros le sacaban brillo a las botas en la celebración de un gol, se hacía querer, ahora se hace respetar, y eso para mí no es lo mismo. 

Soy aficionado a la música en directo aunque voy a muy pocas actuaciones durante el año. Aún así me sigue encantando fijarme en los músicos y el/la vocalista. Recuerdo un concierto en el club de jazz Jamboree, Barcelona, una actuación de Sara Pi junto a su banda, la complicidad que tenían todos. Lo primero que te llama la atención es la presencia de Sara Pi en el centro del escenario con una voz suave y una sonrisa capaz de iluminar todo el escenario. Pero yo fui más allá; me fijé en los músicos mientras ella acaparaba toda la atención. Lo que me llamó más la atención fue ver cómo los músicos se miraban entre sí con una complicidad que mostraba que se estaban divirtiendo. Estoy seguro de que sin público se lo pasarían igual de bien. Todos, Sara también. Aun siendo la vocalista no pasaba por encima de los músicos, les daba la importancia que tenían. En resumen: se notaba que les gusta la música.

Nadie puede decir que Ronaldo se divierta en un partido en el cual él no sea protagonista.

El caso de Ronaldo lo veo claro:desde hace tiempo no le gusta el fútbol. Le gusta ser el mejor. Él solo disfruta si todos dicen que es el mejor, el fútbol le importa bien poco si no destaca por encima de todos durante el partido. Si le nombran mejor jugador del partido tocando dos balones y marcando dos goles es más feliz que Xavi Hernández sin fallar un solo pase. A pesar de tener todo el reconocimiento exige más admiración. En realidad es una máquina de competir; ha pasado de competir contra todos a hacerlo contra sí mismo -con el permiso de Messi-. No es parte del equipo, el equipo es un medio para conseguir su objetivo, que no es otro que ser reconocido como el mejor. Nadie puede decir que Ronaldo se divierta en un partido en el cual él no sea protagonista. No veo que tenga complicidad con sus compañeros ni se alegra del acierto ajeno si no le favorece de forma individual y directa. Cristiano es el cantante que viaja en coche con el manager mientras el resto de la banda lo hace en la furgoneta. Aún así es consciente de que necesita a sus compañeros, y hace esfuerzos enormes por no exigirles tanto como se exige a sí mismo. Hay una cosa que queda clara: por muy bueno que uno sea, necesita un equipo para triunfar.

Sin embargo, ese cambio en su estilo de juego le ha llevado a conseguir ser el jugador viejo más caro de la historia. La Juventus ha pagado 100 millones por un jugador de 34 años. Ha sabido dosificarse para alargar su carrera en un estado de forma envidiable. Se ha especializado en jugar muy sencillo fuera del área y ser letal dentro de ella. Ni más ni menos. Todo un ejemplo a seguir. Creo que todavía amo al Joven Cristiano Ronaldo.

En mi libro no hablo de Ronaldo, pero sí de lo que se siente cuando se sueña con ser Cristiano y no se llega ni a la puerta de la iglesia. Share on X

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