Durante este verano voy a publicar varios posts relacionados con la pretemporada porque creo que es un período muy importante para cualquier equipo o jugador. De esta manera, quien no la haya vivido nunca, tendrá unas nociones básicas acerca de esta fase infernal/celestial de la temporada.
Este post lo he escrito a raíz de una respuesta de Damià Abella -ex futbolista profesional en FC Barcelona, Osasuna, Betis, Racing, etc- a un comentario que hice en Twitter en el que yo decía que no echaba de menos las pretemporadas.
Por alguna extraña razón me había creado en el recuerdo una imagen muy distorsionada de lo que fueron las pretemporadas para mí. Pero bastó un simple tweet para hacer un click y recordar lo mejor de las pretemporadas.
Aquí van 10 razones para amar les pretemporadas
Volver al trabajo
Para la gran mayoría de personas volver al trabajo después de vacaciones es una tortura. Para el futbolista no lo es. El futbolista es consciente de que necesita ejercitar su cuerpo para poder rendir.
Claro que agradece las vacaciones, pero llega un momento en el que el cuerpo necesita una dosis extra de trabajo al margen de lo que uno mismo realiza durante las vacaciones. Porque el futbolista cuando descansa lo hace activamente, ya sea corriendo, trabajando en el gimnasio, o practicando algún otro deporte. Pero en lo que todos coinciden es en seguir unas pautas programadas por los preparadores físicos del club para no perder físico durante el verano.
Los futbolistas son como los adolescentes de la película Grease cuando vuelven después del verano y se cuentan que es lo que han hecho. Aunque a día de hoy creo que con mirar el Instagram ya sabes las vacaciones que ha tenido cada uno.
Ver a los compañeros de nuevo siempre hace especial ilusión, y los nuevos fichajes aportan esa dosis de novedad que necesitamos en nuestras vidas.
También, cuando llegas nuevo, lo haces con la ilusión de ganarte el respeto y el cariño de un nuevo vestuario.
Entornos idílicos
Ahora que soy padre cuando programo las vacaciones busco lugares en los que mi familia y yo podamos estar a gusto.
Recorro una infinidad de páginas web para encontrar el mejor precio y la mejor calidad. A veces es cerca de la playa y a veces no tanto.
Es entonces cuando recuerdo lo fácil que nos ponían las cosas desde el club en el mes de julio cuando era futbolista. Recuerdo especialmente una pretemporada en Rialp con el Espanyol B.
Estábamos en el interior de Catalunya junto un río con aguas más frías que una buena jarra de cerveza. Estábamos rodeados de vegetación, la temperatura distaba mucho de la que se padecía en la Ciudad Condal.
Un hotel de 5 estrellas en medio de la tranquilidad absoluta y las mejores condiciones para ejercitarse.
También recuerdo una pretemporada con el Hércules de Alicante en Palamós. Nos alojamos en un hotel pleno de turistas, pero a pesar del barullo, era un buen lugar. De alguna manera compaginábamos trabajo con vacaciones.
Poder disfrutar de la piscina o del río después de una dura sesión de entrenamiento era impagable. Todo el sufrimiento valía la pena cada día.
Poder pensar solo en fútbol
Esta es una de las principales ventajas de los stage de pretemporada. Una vez que estás concentrado con el equipo, no debes preocuparte de nada más que de entrenar y descansar.
No tienes que hacer recados, ni poner lavadoras, ni rellenar papeles, ni hacer la compra, ni elegir la ropa que te vas a poner, ya que siempre vas de uniforme. Está todo diseñado para que solo pienses en fútbol, y es cuando sacas lo mejor de ti.
Rutinas exigentes y descanso
El tiempo libre requiere de gran responsabilidad. Y cuando se tiene dinero, más. Cuanto más tiempo libre tienes más dinero gastas; seas futbolista o no.
Después de darlo todo en verano siempre se agradece un poquito de orden, y las pretemporadas te aportan eso.
Como he dicho antes, te ahorras el tener que programar lo que tienes que hacer ya que debes seguir las pautas de equipo. Toca trabajar duro sin escaquearse.
Desayunos sensacionales
Una de las cosas que más me gusta de estar en hoteles es el desayuno. Creo que es lo único que me gusta de los hoteles, porque los aborrezco. Yo mismo podría hacerme huevos fritos cada día en mi casa, pero que te los he hecho es mejor.
Los stage de pretemporada son duros, pero el futbolista tiene a su alcance todas las comodidades para poder recuperarse del cansancio. Entre estas comodidades está la buena alimentación.
No se trata de ponerse como un cerdo, sino de la gran variedad de alimentos que se pueden escoger. Muchos pensaréis que eso mismo lo puede hacer uno en casa, pero no es lo mismo; en un hotel te lo ponen todo sobre la mesa al mismo tiempo para que escojas, y lo que no te comas no debes devolverlo a la nevera, a diferencia que en tu propia casa. Llámalo gula, llámalo pereza, yo lo llamo placer.
Masajes diarios
Sin duda uno de los mejores momentos del día durante la pretemporada es tumbarse en la camilla y recibir un masaje.
Así da gusto poner el cuerpo al límite cada día. Tener la habitación de los fisios a unos cuantos metros es un lujo que sólo se da en la pretemporada.
Es habitual que después de cenar allá tanda para hacerse masajes. Es la mejor manera de irse a dormir, sin duda.
Cuándo crees que tus piernas ya no aguantan un día más, los fisioterapeutas se las ingenian para dejarlas como nuevas otra vez.
Y no hablo de masajes esporádicos, hablo de masajes diarios y en diferentes zonas. Está todo programado para que solo te tengas que preocupar de darlo todo.
Hermandad
Uno de los principales objetivos de las estadas de pretemporada es fomentar la relación entre los miembros de la plantilla a través de la convivencia.
A la cantidad de tiempo juntos hay que sumarle la dureza del entrenamiento. Se sabe que las mejores relaciones se forjan en los momentos más duros. Y en la pretemporada hay muchos momentos extremadamente duros.
Y a esto también hay que sumarle que durante la pretemporada la competencia es mucho más sana que durante la temporada. Todos parten de cero (teóricamente) y eso motiva a cualquier jugador. Sin duda el ritmo de entrenamiento es el más bello del año.
Equipo
Siguiendo el hilo del apartado anterior, quiero recalcar que la sensación de equipo se construye en la pretemporada.
El ego no es protagonista en esta fase de la temporada, lo cual ayuda a fomentar el compañerismo. Y con esto se consigue que cuando vengan mal dadas, el daño al colectivo sea el mínimo porque todos han entendido desde el principio que luchan por un objetivo en común: el bien del equipo.
Aunque es difícil de conseguir porque, al final, los intereses individuales pueden resurgir en muchos momentos de la temporada. El trabajo de pretemporada será fundamental para hacer que la erosión del grupo sea mínima.
Mucho tiempo
Aunque lo habitual en pretemporada sea entrenar en doble sesión de mañana y tarde, el futbolista dispone de muchísimo tiempo libre, porque como he dicho antes, no tiene mayor ocupación que entrenar y descansar.
Entre entrenos y comidas siempre hay hueco para leer, ver películas, jugar a cartas, jugar a la playstation, y alguna actividad pasiva más. Eso es descanso. incluso las fiestas están controladas. Uno no puede echarse a dormir las horas que le dé la gana.
El simple hecho de no tener que hacerse la cama ayuda a que la sensación de abundancia de tiempo sea más latente.
Tener trabajo
Sin duda el motivo principal por el que futbolista adora la pretemporada es porque tiene trabajo.
Cualquier futbolista medio es consciente de la cantidad de jugadores que en pleno mes de julio o agosto no saben dónde van a jugar en la inminente temporada.
De hecho la mayoría de jugadores se ha encontrado en esa situación de incertidumbre alguna vez en su vida. El futbolista sabe que para competir necesita la pretemporada, pero para hacer pretemporada necesita un equipo.
Mi libro Ulises: diario de un futbolista pobre es una buena muestra del sentimiento de desamparo que convive con el futbolista en esta época del año (verano).